Un método que yo encuentro útil cuando estoy en la silla del consultorio del dentista o cuando no puedo dormir es mandar a cada parte de mi cuerpo a dormir, una tras otra. Yo llamo a esto una meditación de tranquilidad porque la aprendí cuando en un momento muy apacible, durante mi niñez. Si tu hijo o alguien más se siente enfermo, infeliz o tenso, puedes dirigirlo por medio de esta meditación, la cual le ayudará a relajarse y dormir bien.
•Acuéstate en silencio y ponte cómodo.
•Concéntrate en tus pies. Aprieta los músculos de tus pies y luego relájalos e indícales que se vayan a dormir.
•Concéntrate en tus pantorrillas, aprieta sus músculos, relájalas e indícales que se vayan a dormir.
•Ahora haz lo mismo con tus rodillas, muslos, trasero, caderas y espalda.
•Mueve los dedos de tu mano y haz lo mismo, y luego hazlo con tus manos, brazos y antebrazos.
•Encoge los hombros con fuerza y afloja; y luego haz esto una segunda y una tercera vez antes de indicarles que se relajen. Esto es porque los hombros suelen estar muy tensos.
•Relaja el cuello y permite que tu cabeza caiga donde le plazca antes de indicarle que se relaje.
•Por último, haz lo mismo con tu cara al arrugarla y relajarla, y luego piensa en cada parte de tu cara que se relaje.
Una vez más, pide ver a tu guía, o a quien tengas por ser sagrado, amigo espiritual, o cualquier cosa con la que desees establecer contacto en esta etapa. Si lo deseas, habla con dicho ser y ve si logras alguna respuesta u orientación. Incluso si no obtienes nada, es muy probable que después aparezca algo en un sueño o de alguna otra manera, así que tenlo presente durante los días siguientes.
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